miércoles, 9 de noviembre de 2016

Laos, beatificación


LOS MÁRTIRES OBLATOS DE LAOS.
NUEVO LIBRO

El 11 de diciembre de 2016 se celebrará en Vientián, capital de Laos, la beatificación de los 17 mártires primeros testigos de la fe en ese país del lejano oriente. La Causa de Canonización ha sido promovida por los Oblatos y la Beatificación, que se celebrará de un modo discreto, será presidida por el Cardenal Orlando Quevedo, OMI, arzobispo de Cotabato (Filipinas) como Delegado del papa Francisco.
Las celebraciones solemnes de acción de gracias tendrán lugar a lo largo de 2017 en París, Trento y Belleville (USA).

En los últimos números del boletín “Mártires Oblatos” hemos ido dando a conocer la semblanza de los seis Mártires Oblatos de Laos. http://martiresomimadrid.blogspot.com.es/
Ahora, con miras al esperado evento de diciembre, acaban de publicarse las seis en un único volumen de 120 páginas, primorosamente presentado y cuyo importe es mínimo: 3 € ejemplar. Pedidos a la Casa Martirial, Avda. Juan Pablo II  45, 28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid), telef. 91 352 34 16.



domingo, 6 de noviembre de 2016

Palabra de Vida






PALABRA DE VIDA – Nov.2016

«Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp 4, 13).



Hay momentos en que nos sentimos contentos, llenos de fuerza, y todo parece fácil y ligero. Otras veces nos asaltan dificultades que amargan nuestros días. Pueden ser los pequeños fallos al amar a las personas que tenemos al lado, la incapacidad de compartir con otros nuestro ideal de vida. O sobreviene una enfermedad, apuros económicos, desilusiones familiares, dudas y tribulaciones interiores, la pérdida del trabajo, situaciones de guerra…, situaciones que nos abruman y parecen no tener salida. Lo que más nos pesa en estas circunstancias es sentirnos obligados a afrontar solos las pruebas de la vida, sin el apoyo de alguien capaz de prestarnos una ayuda decisiva.
Pocas personas como el apóstol Pablo han vivido con tanta intensidad alegrías y dolores, éxitos e incomprensiones. Pero él supo perseguir con valentía su misión sin caer en el desánimo. ¿Era un superhéroe? No, se sentía débil, frágil e inepto, pero poseía un secreto, y así se lo comunica a sus amigos de Filipo: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta». Había descubierto en su vida la presencia constante de Jesús. Incluso cuando todos lo abandonan, Pablo nunca se siente solo: Jesús permanece cerca de él. Y Él era quien le daba seguridad y lo empujaba a seguir adelante, a afrontar cualquier adversidad. Jesús había entrado plenamente en su vida y se había convertido en su fuerza.
El secreto de Pablo puede ser también el nuestro. Todo lo puedo cuando, incluso en medio del sufrimiento, reconozco y acojo la cercanía misteriosa de Jesús, que se identifica con ese dolor y carga con él. Todo lo puedo cuando vivo en comunión de amor con otros, porque entonces Él viene en medio de nosotros, tal como prometió (cf. Mt 18, 20) y me siento sostenido por la fuerza de la unidad. Todo lo puedo cuando acojo y pongo en práctica las palabras del Evangelio, pues me hacen atisbar el camino que estoy llamado a recorrer día a día, me enseñan cómo vivir, me dan confianza.
Tendré la fuerza para afrontar no solo mis pruebas personales o las de mi familia, sino también las del mundo que me rodea. Puede parecer una ingenuidad o una utopía, ¡con lo inmensos que son los problemas de la sociedad y de los pueblos! Y sin embargo, todo lo podemos con la presencia del Omnipotente; todo y solo el bien que Él, con su amor misericordioso, ha pensado para mí y para los demás a través de mí. Y si no se realiza inmediatamente, podemos seguir creyendo con esperanza en el proyecto de amor de Dios, que abraza la eternidad y se cumplirá de todos modos.
Bastará con trabajar «entre dos», como enseñaba Chiara Lubich: «Yo no puedo hacer nada en ese caso, por esa persona querida en peligro o enferma, por esa circunstancia intrincada… Pues bien, haré lo que Dios quiere de mí en este momento: estudiar bien, barrer bien, rezar bien, atender bien a mis niños… Y Dios se encargará de desenredar esa madeja, de consolar a quien sufre, de resolver ese imprevisto. Es un trabajo entre dos, en perfecta comunión, que requiere de nosotros una fe grande en el amor de Dios por sus hijos y, por nuestro modo de actuar, le da al mismo Dios la posibilidad de tener confianza en nosotros. Esta confianza recíproca obra milagros. Se verá que, donde no llegamos nosotros, llega verdaderamente Otro que actúa inmensamente mejor que nosotros»

lunes, 3 de octubre de 2016

Venganza de amor



Juan Pablo II con Alí Agka que intentó sesinarlo

Palabra de Vida – Octubre  2016
«Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados» (Si 28, 2).

En una sociedad violenta como aquella en que vivimos, el perdón es un tema difícil de afrontar. ¿Cómo se puede perdonar a quien ha destruido una familia, a quien ha cometido crímenes inenarrables o, más sencillamente, a quien nos ha herido en cuestiones personales, arruinando nuestra carrera o traicionando nuestra confianza?
El primer impulso instintivo es la venganza, devolver mal por mal, desencadenando una espiral de odio y agresividad que embrutece a la sociedad. O interrumpir toda relación, guardar rencor y ojeriza, en una actitud que amarga la vida y envenena las relaciones.
La Palabra de Dios irrumpe con fuerza en las más variadas situaciones de conflicto y propone sin medias tintas la solución más difícil y valiente: perdonar.
Esta vez la invitación nos llega de un sabio del antiguo pueblo de Israel, Ben Sira, que muestra lo absurdo que es pedir perdón a Dios y no saber perdonar. «¿A quién perdona [Dios] los pecados? –leemos en un antiguo texto de la tradición hebraica–. A quien sabe perdonar a su vez». Es lo que nos enseñó el propio Jesús en la oración que dirigimos al Padre: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (cf. Mt 6, 12). También nosotros nos equivocamos, y cuando ocurre ¡nos gustaría que nos perdonasen! Suplicamos y esperamos que se nos dé de nuevo la posibilidad de volver a empezar, que vuelvan a confiar en nosotros. Si a nosotros nos ocurre eso, ¿no les ocurrirá lo mismo a los demás? ¿No debemos amar al prójimo como a nosotros mismos?
Chiara Lubich, que sigue inspirando nuestra comprensión de la Palabra, comenta así la invitación a perdonar: «no es olvidar, que en muchos casos significa no querer mirar de frente la realidad; el perdón no es debilidad, es decir, no tener en cuenta un error por miedo a quien lo ha cometido, que es más fuerte. El perdón no consiste en afirmar que lo que es grave no tiene importancia, o que está bien lo que está mal. El perdón no es indiferencia. El perdón es un acto de voluntad y de lucidez –por tanto, de libertad– que consiste en acoger al hermano tal como es a pesar del mal que nos ha hecho, como Dios nos acoge siendo pecadores a pesar de nuestros defectos. El perdón consiste en no responder a la ofensa con la ofensa, sino en hacer lo que dice Pablo: “No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien” (Rm 12, 21). El perdón consiste en abrir a quien te hace daño la posibilidad de una nueva relación contigo, es decir, la posibilidad para él y para ti de volver a empezar la vida, de tener un futuro en que el mal no tenga la última palabra».
La Palabra de vida nos ayudará a resistir a la tentación de responder igual, de devolver el mal inmediatamente. Nos ayudará a ver con ojos nuevos a quien es nuestro «enemigo», reconociendo en él a un hermano, aunque sea malo, que necesita alguien que lo ame y lo ayude a cambiar. Será nuestra «venganza de amor».

«Dirás: “Pero es difícil” –prosigue Chiara en su comentario–. Está claro. Pero ahí está la belleza del cristianismo. No en vano sigues a un Dios que, al apagarse en la cruz, pidió perdón a su Padre por quienes le habían dado muerte. Ánimo. Comienza una vida así. Te aseguro una paz inusitada y una alegría desconocida».  Fabio Ciardi


Juan Pablo II al ser herido en la Plaza de S. Pedro

domingo, 25 de septiembre de 2016

ASÍ VIVÍAN Y ANDABAN...



 …así vivían y andaban por los “caminos” (¡?) los Misioneros Mártires de Laos. ¿Descalzos?  Pues sí, al decir de uno de ellos, era más práctico y expeditivo, porque al atravesar los charcos, tanto el caballo como el Misionero salían del agua con muchas sanguijuelas y en tierra seca se veían mejor que con sandalias. ¿Pensarían alguna vez que la sangre que no chupaban esos vampiros acuáticos podría ser derramada cruentamente por ser fieles a su fe en Jesucristo? Parece que sí. Sigue leyendo y verás lo que se dice de uno de ellos, el P. Mguel Coquelet, OMI.
No te lo pierdas. Pincha aquí debajo:

sábado, 10 de septiembre de 2016

¡Qué regalo!



A mediados de julio, debido a un dolor insoportable en el tórax, tuve que acudir  con urgencia al hospital más cercano. Tras dos semanas internado en un hospital de Roma (¡qué tiempo perdido inútilmente!) y tras varias pruebas, incluida la biopsia, con el visto bueno de mi superior mayor, decidí trasladarme a Madrid para ponerme en otras manos más expertas e intentar frenar la metástasis de un cáncer galopante. Aquí, tras dos meses (julio y agosto) sometiéndome a sesiones de quimioterapia, el oncólogo, para comprobar el resultado del tratamiento, supongo, me mandó hacer un TAC y antes de ir a recoger los resultados del mismo me llamaron urgentemente para ser internado. ¿Causa de la alarma? Una trombosis en el pulmón derecho, el más afectado por el cáncer.
Ante ese cuadro clínico, mis superiores mayores de la administración general vieron que lo prioritario era mi salud y decidieron que no volviera a Roma para seguir en la formación de nuestros jóvenes oblatos del IRS (Escolasticado Internacional Romano).
La alternativa era darme una nueva “obediencia” (misión o destino). El P. General, en sintonía con el talante actual, quería hacer un discernimiento conmigo antes de tomar una decisión. Para mí estaba claro: Si hasta ahora la voluntad de Dios “manifiesta” (prevista) para mí era Roma, ahora la voluntad de Dios “de beneplácito”  (imprevista), como la llamaban algunos Santos, era claramente otra. El discernimiento, por mi parte, estaba hecho.
Me dio la “obediencia” para la Provincia Mediterránea, nueva “unidad oblata” resultante de la unión de las anteriores provincias religiosas de Italia y España con sus respectivas delegaciones o misiones: Senegal, Guinea Bissau, Uruguay, Venezuela, Rumanía y Sáhara. Ahora estoy a la espera de otra nueva obediencia, la del P. Provincial, para que me asigne a una comunidad local concreta.

La gran sorpresa para mí fue que el P. Luis Lougen, Superior general en persona, vino desde Roma al hospital de Madrid para entregarme en mano el documento oficial de la obediencia. Pasó una tarde y una mañana en mi compañía. ¡Qué detalle! Nos emocionamos los dos. Y es que nos queremos como hermanos.

¡Muchísimas gracias, P. Luis!


lunes, 22 de agosto de 2016

Jesús, único Maestro


Palabra de Vida 
agosto 2016




«Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos» (Mt 23, 8).


Hace ya más de 70 años que se vive la Palabra de vida. Llega esta hojita a nuestras manos y leemos su comentario, pero lo que quisiéramos que permaneciese es la frase que se propone, una palabra de la Escritura, en muchos casos de Jesús. La «Palabra de vida» no es una simple meditación, sino que en ella es Jesús quien nos habla, nos invita a vivir, llevándonos siempre a amar, a hacer de nuestra vida un don.


Es una «invención» de Chiara Lubich, que contó así su origen: «Tenía hambre de la verdad, y de ahí que estudiase filosofía. Es más, como muchos otros jóvenes, buscaba la verdad y creía que la encontraría estudiando. Pero he aquí una de las grandes ideas en los primeros días del Movimiento, y que comuniqué enseguida a mis compañeras: “¿Para qué buscar la verdad, cuando esta vive encarnada en Jesús, el hombre-Dios? Si la verdad nos atrae, dejémoslo todo, busquémoslo a Él y sigámoslo”. Y así lo hicimos».

Tomaron el Evangelio y comenzaron a leerlo palabra por palabra. Les pareció completamente nuevo. «Cada palabra de Jesús era un haz de luz incandescente: ¡puramente divino! […] Sus palabras son únicas, eternas […], fascinantes, escritas con divino esplendor, […] eran palabras de vida, para traducir en vida, palabras universales en el espacio y en el tiempo». No les pareció que estuviesen estancadas en el pasado ni que fuesen un simple recuerdo, sino palabras que Él seguía dirigiéndonos a nosotros y a cualquier persona de todo tiempo y latitud»[1].

Pero ¿de verdad Jesús es nuestro Maestro?

Estamos rodeados de muchas opciones de vida, de muchos maestros de pensamiento, algunos aberrantes, que inducen incluso a la violencia, y otros rectos e inspirados. Pero las palabras de Jesús poseen una profundidad y una capacidad envolvente que otras palabras –sean de filósofos, políticos o poetas– no tienen. Son «palabras de vida», se pueden vivir y dan la plenitud de la vida, comunican la vida misma de Dios.
Cada mes destacamos una, y así, lentamente, el Evangelio penetra en nuestro ánimo, nos transforma, nos lleva a adquirir el pensamiento mismo de Jesús, lo que nos hace capaces de responder a las situaciones más variadas. Jesús se convierte en nuestro Maestro.

A veces podemos leerla con otros. Quisiéramos que el propio Jesús, el Resucitado, vivo en medio de quienes estamos reunidos en su nombre, nos la explicase, nos la actualizase, nos sugiriese cómo ponerla en práctica.

Pero la gran novedad de la «Palabra de vida» consiste en que podemos compartir la experiencia y la gracia que nacen de vivirla, tal como Chiara explica refiriéndose a lo que sucedía al inicio y sigue vigente hoy: «Sentíamos el deber de comunicar a los demás lo que experimentábamos, pues éramos conscientes de que, al comunicarla, la experiencia permanecía para edificación de nuestra vida interior; mientras que, si no la comunicábamos, el alma se empobrecía lentamente. Así pues, vivíamos con intensidad la palabra durante todo el día y nos comunicábamos los resultados no solo entre nosotros, sino también a las personas que iban añadiéndose al primer grupo. […] Cuando la vivíamos, ya no era yo o nosotros los que vi­víamos, sino la palabra en mí, la palabra en el grupo. Y esto era una revolución cristiana con todas sus consecuencias»[2].
Lo mismo puede sucedernos a nosotros hoy. 


Fabio Ciardi, o.m.i.
_______________
[1] Cf. C. Lubich, La palabra de vida (1975): Escritos espirituales/3. Todos uno, Ciudad Nueva, Madrid 1998, p. 124.

[2] Ibid., pp. 129-130.

domingo, 21 de agosto de 2016

¡Misericórdiame!



¿Serán pocos los que se salvan?

Es la pregunta clave de este pasaje evangélico proclamado en el Domingo XXI del T. O.
Allá por los años 50 Pío XII lanzó un grito de alarma: “El mundo camina hacia la ruina”.
El P. Ricardo Lombardi, jesuita,  recogió ese desafío y arrancó con el Movimiento por un Mundo Mejor, que tanto bien hizo como preparación para el Concilio Vaticano II. Yo tuve la suerte de tomar parte en sus famosas “ejercitaciones”.
El mundo caminaba, camina, hacia la ruina; pero ¿caerá al abismo? ¿Serán pocos los que se salvan?
Las lecturas bíblicas de hoy, como mensaje global, apuntan más bien hacia la salvación universal. Todos estamos llamados a la salvación. Más aún, “en esperanza ya estamos salvados”, asegura S. Pablo. Objetivamente todos estamos salvados, toda la humanidad ya está redimida. Jesucristo dio su vida por la salvación del mundo entero.
Pero esa salvación no es mágica, automática: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti “ (S. Agustín). Y aquí entra el dilema de la “puerta estrecha” y “el camino ancho”, cómodo.
La salvación universal es un designio de amor. Dios, que es Amor, no puede no querer mi salvación personal. Pero el amor no se impone, se propone. ¡Cuántas veces en el Evangelio Jesús plantea como “conditio sine qua non”: “SI QUIERES…” Corre el riesgo de condenarse únicamente quien se niegue a aceptar ese amor, quien dé las espaldas a Dios-Amor.

Entre las diversas definiciones del pecado, Santo Tomás emplea una muy expresiva haciendo un juego de palabras en contraste: AVERSIO-CONVERSIO. El pecado sería “aversio a Deo propter conversionem ad creaturas” (dar la espalda a Dios por ir tras las creaturas), y, claro, la creatura preferida soy yo, mi egocentrismo. No, no es que yo quiera explícitamente ofender a Dios, es que prescindo de él, le doy la espalda, lo ignoro, por buscarme a mí mismo.
En concreto, ¿Cómo entrar por “la puerta estrecha” que lleva a la salvación, es decir, a Dios? ¡A Dios, que es nuestro único verdadero bien!
Esa puerta es Jesús. “Nadie puede llegar al Padre si no por mí”.  Si quieres salvarte, “niégate a ti mismo, ven y sígueme”. Seguirle consiste en vivir como él, dejarse guiar por su Espíritu: “Lo que al Padre le agrada eso es lo que yo hago siempre”. “No mi voluntad sino la tuya”.
Para ser cristiano no basta mortificarse (negarse a sí mismo), hay que estar “muertos”, vivir muriendo. “Para mí vivir es Cristo y una ganancia el morir”.  Vivir muriendo, morir para vivir.
Si yo vivo el querer de Dios aquí  y ahora, si vivo su voluntad en el momento presente, ya estoy viviendo en Dios, porque, en Él, el SER y el QUERER coinciden. Si estoy en su voluntad, estoy en Dios. Y si me sorprende la muerte, estoy salvado.

Pero hay una coletilla desconcertante en este Evangelio: los que se acercan a la puerta y la encuentran cerrada. “¡Señor, ábrenos!”
-  “No sé quiénes sois”.
-   “Pero si te hemos escuchado, hemos comido contigo…”
 Y yo podría añadir: “Pero si soy cristiano, un consagrado, un sacerdote, misionero… Pero si he dedicado mi vida a darte a conocer y a hacerte amar…”
Es verdad: he dedicado mi vida a las cosas de Dios, pero ¿he buscado a Dios o me busco a mí mismo también en la cosas de Dios? ¡He aquí la incógnita que me inquieta!

Dios mío, “misericórdiame” (neologismo del papa Francisco).



domingo, 17 de julio de 2016

Marta y María






¿Prototipo de la Vida Activa y la Vida Contemplativa o un tópico muy socorrido?
El Evangelio de hoy (Lc 10, 38-42) nos ofrece una ocasión para meditar sobre el tema. Por si a alguien le sirve, trascribo algunas reflexiones de mi homilía en la parroquia oblata Virgen Peregrina de Fátima (c/ Diego de León 36, Madrid).
La escena nos resulta familiar. Betania era la casa de los amigos de Jesús (Marta y María y su hermano Lázaro). Jesús, sin previo aviso, llega y probablemente acompañado de los 12 apóstoles. La hospitalidad en Oriente es sagrada. Hay que darles de comer. La agitación de Marta, hacendosa, es compresible. También su reproche a la cómoda hermana sentada tranquila a los pies de Maestro.
“Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y pocas son necesarias, mejor: solamente una. María ha escogido la mejor parte”.
No es que las tareas de Marta fueran reprochables: trabajaba por amor a Jesús; pero ¿cómo compaginar ambas actitudes, esos dos comportamientos?
Marta trabaja por Jesús, pero María está con Jesús.
En la teología de la vida espiritual se ha subrayado el aspecto INDIVIDUAL (no personal, que diría ya relación a otras personas) de la “vida interior”. A raíz del Concilio toda la Iglesia, en cuanto Pueblo de Dios, está llamada a la santidad, pero no sólo “individualmente”, sino “colectivamente”: espiritualidad COLECTIVA, COMUNITARIA. De ahí la insistencia de Juan Pablo II en definir a la Iglesia, Misterio de Comunión: CASA Y ESCUELA DE COMUNIÓN. Equivale a decir santificarse juntos, vivir a modo de la Trinidad.
Creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios que reveló Jesucristo: Uno y Trino: UNITRINIDAD, seremos más  nosotros mismos, nos realizaremos plenamente, en la medida que vivamos a modo de la Trinidad: “Como en el Cielo así en la tierra”.
La espiritualidad, la ascesis de la espiritualidad “individual” sigue siendo válida y necesaria. Son clásicos los dos grandes místicos españoles, Santa Teresa y S. Juan de la Cruz. Este presenta el itinerario de la vida espiritual como la Subida al Monte Carmelo: alpinista solitario (con perdón). Aquella busca a Dios dentro de sí misma, en el Castillo Interior: “El alma es como un castillo de cristal”.

Chiara Lubich, ya Sierva de Dios, a cuya escuela aprendí lo que intento decir, habla también del Castillo Exterior. Precioso el comentario que hace un buen amigo y gran “teresianólogo”, Jesús Castellano Cervera, q.e.p.d., carmelita teresiano, sobre estos dos “Castillos”.
La Espiritualidad de Comunión insiste en que a Jesús no lo encontramos sólo en nuestro corazón, en lo más profundo de nuestra interioridad; ni tan sólo en el Sagrario, en la Eucaristía, sino que Jesús, presente en mí, está también en el Castillo Interior  del prójimo (lo que hacéis a uno de los míos…): comulgar (amar) al otro para encontrarme con el Otro. No hace falta “huir del mundo” para encontrarlo, aún más, el prójimo visto así, no es un obstáculo, sino es el camino más seguro para ir a Dios.
De ahí que Jesús nos dejara un Mandamiento que lo llama SUYO y NUEVO. Suyo, porque ya no se trata sólo de “amar al prójimo como a sí mismo” (A. T.), sino “como yo os he amado”: hasta dar la vida, hasta experimentar la ruptura de su comunión con el Padre (cfr. La Carta Apostólica de Juan Pablo II Salvifici doloris, nº 18, comentando el “grito” de Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”).
Mandamiento nuevo por ese amor sin medida, suyo porque quiere comunicarnos la vida que desde siempre Él mismo vive en el seno de la Trinidad: la RECIRPOCIDAD en el Amor, ese Amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu de Cristo que se nos ha dado, como nos recuerda S. Pablo (Rm. 5,5).
Resumiendo: ¿cómo conciliar a Marta con María y a María con Marta? Son dos caras inseparables de la misma medalla: “Ser activos en la contemplación y contemplativos en la acción.

Madrid, 17.07.2016, Joaquín Martínez Vega, o.m.i.


miércoles, 6 de julio de 2016

Hagamos justicia

 Jenis y Joaquín


MENOS TÓPICOS Y MÁS JUSTICIA

Madrid 5.07.2016. Me acompaña Jenis, un joven Oblato srilanqués (Jaffna) de mi comunidad de Roma que, a las puertas del sacerdocio, aprovecha las vacaciones para aprender un nuevo idioma con miras a su futura probable misión en algún de País de Hispanoamérica. Lo presento a una feligresa de la parroquia Virgen Peregrina y comentamos la escasez de vocaciones en Europa en contraste con el florecimiento en el cono sur. "Claro, en esos países ocurre como en España allá por los años 50: muchos hijos, y si alguno se va al convento, una boca menos que alimentar en casa". Ese comentario me molestó. ¡Menos tópicos y más justicia! Pensé en la mamá de Publio, uno de nuestros Mártires, que se resistía a dar luz verde a la vocación misionera de su hijo. Éste (adolescente aún) le decía: "Mamá, sé generosa, dale a Dios lo que es más suyo que tuyo". Pensé en mi madre, cuando yo, 18 años, me acercaba ya al noviciado. Un día me halagaba con el trabajo y el porvenir en familia y me invitaba a seguir en casa. Conociendo su fe y su aprecio por el sacerdocio, me desconcertó: "¿Pero qué me dices, mamá? No te entiendo." Y ella, en tono solemne: "Piénsatelo bien, porque si llegas a ser sacerdote y haces lo que el Padre X (que se salió para casarse), mucho te quiero; pero preferiría verte muerto ahora mismo aquí, antes que hagas como él". Y añadió: "Por ser para lo que es y llamarte Quien te llama, si no, no te dejaría irte de casa".
¿Quitar bocas o desgarrar corazones maternos? Menos tópicos y más justicia al “martirio blanco” de tantas madres de consagrados.

¡Vivan las heroicas madres de sacerdotes y religiosos! Que Dios les pague con creces el don que le hacen.


Comunidad del IRS en 2010 
A esa comunidad pertenecemos Jenis y yo

miércoles, 29 de junio de 2016

¿Arrivederci? ¿Adiós?


Arrivederci, Roma... Dicen que si echas una moneda en la Fontana de Trevi, volverás a Roma. Yo no la he echado nunca y he vuelto muchas veces. Esta vez volví y me quedé durante 12 años. ¿Será la útima? Sólo Dios lo sabe y de Él únicamente me fío. 
De la Fontana de Trevi me voy a la Fuente de Cibeles (Madrid). Estoy "pasando" una prueba muy sería de salud. Quiero "pasar" (como y con Jesús) más allá de la cruz y decirle de corazón a Dios-Amor: "En tus manos..." Cuento con tu oración para decirlo de verdad y para que Él me siga brindando la paz que sólo Él nos puede dar. ¡Muchas gracias!


"De Madrid al Cielo", dicen los castizos...


lunes, 30 de mayo de 2016

S. Eugenio de Mazenod en Betania


«Cuando Dios sana a una mujer sana a una madre, con ella a unos hijos, 

con ellos a una familia y con ella a una sociedad»

«En el rencor Dios no puede actuar»


Son afirmaciones  de María Luisa Ethardt, promotora en España del Proyecto BETANIA para mujeres separadas, etc. Me puse en contacto con ella para hablarle de un hijo de divorciados que fue sacerdote, fundador, obispo y santo: Eugenio de Mazenod.  

Este fue mi mensaje:

Hola, María Luisa, he visto algunos vídeos sobre  el Proyecto Betania y me han encantado. Soy un sacerdote de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada que resido en Roma desde hace unos años. Anteriormente viví en Pozuelo y en Madrid. Quería conectar  con usted y un amigo común me ha facilitado su dirección electrónica.
Estoy muy interesado por las personas afectadas por rupturas matrimoniales. Me ha contagiado  esta inquietud, en parte al menos, un gran amigo Jesuita, el P. Paolo Bachelet, que ha trabajado con denuedo en la pastoral y acompañamiento de las parejas separadas, divorciadas,  casadas de nuevo…  Este celoso sacerdote,  a pesar de sus años y salud precaria, pero que conserva su lucidez mental, sigue al pie del cañón en la enfermería de la curia general de los Jesuitas. Fue él quien me puso en la pista de este aspecto de nuestro Fundador, San Eugenio de Mazenod, Obispo de Marsella. “Lo que significaría para estas personas –me decía-  saber que un hijo de divorciados se hizo sacerdote y luego fue fundador, obispo y ahora santo canonizado”. Es quizá en la historia de la Iglesia el único Santo hijo de divorciados canonizado. Esa situación familiar bloqueó por varios años el proceso de su causa de canonización. 
El  P. Bachelet dice que el caso de S. Eugenio es un ejemplo para las personas separadas, divorciadas…para  que más allá de su drama, piensen e sus hijos. Sé que su hijo Borja también es sacerdote.  ¡Enhorabuena!
Algunos quieren proponer a S. Eugenio como intercesor y patrono de todas las personas que sufren o han sufrido a causa de esas “rupturas”. Yo mismo lo he promovido en calidad de Postulador general. S. Eugenio hizo toda su parte para  recomponer la unidad familiar.  Todo en vano. Fue una espina que llevó clavada en el corazón toda su vida. Por esto yo creo que no quedará indiferente ante quienes sufran situaciones similares.
Perdone mi “intromisión”. Sólo quería hacer saber a todos los miembros del Proyecto Betania que cuenten con mi simpatía y oración. Que María,“Reina de las Familias”, les ayude. Cordialmente. Joaquín Martínez vega, o.m.i.

Y esta fue su respuesta:

Hola Padre, muchas gracias por el correo tan cariñoso y esperanzador que me envía. El contenido del mail lo transmitiré a las familias de Betania y les hará sentirse amadas dentro de nuestra Iglesia. ¡Qué bueno es Dios que regala el don de la santidad a un hijo de divorciados!, nosotras experimentamos el Amor de Dios en nuestra historia de vida y en nuestras familias ya durante la primera etapa de sanación, el Señor está sanando mucho en nuestras familias y por ello sólo podemos alabarle y agradecerle tanta misericordia y predilección. Y a partir de ahora pediremos la intercesión de San Eugenio de Mazenod por nuestras familias. Mi padre en la tierra también se llamaba Eugenio y este detalle también me acerca más a él.
Una vez más muchas gracias Padre y nos encomendamos a sus oraciones. Madre y Reina de las familias en el Corazón de Cristo, ruega por nosotros. Unidos siempre en Jesús y María,
Maria Luisa Erhardt 

A continuación, algunas de sus afirmaciones y una interesante entrevista en video: no te lo pierdas...

viernes, 20 de mayo de 2016

UniTrinidad



La obra de Andrés Rublev

El icono de la Santísima Trinidad


Icono de gran belleza y armonía, modélico para la iconografía bizantina rusa. Sublime compendio pictórico de teología oriental, a menudo tan diversa ella de la occidental en sus manifestaciones iconográficas, aunque siempre idéntica en la realidad misma de los misterios.

22 de Mayo 2016, solemnidad de la Santísima Trinidad. Una buena preparación-meditación para celebrarla puede ser el interesante artículo que puedes leer pinchando aquí debajo en...

jueves, 5 de mayo de 2016

Beatificación la la vista

Cuadro de los 17 Protomártires de Laos. 
Los seis de la derecha son Oblatos

La Beatificación de los Mártires de Laos, entre los que se cuentan seis Oblatos, ya ha sido firmada por el papa Francisco y la Santa Sede ha fijado la celebración para el 11 de Diciembre de 20116. Hay algunos escollos que superar y esperamos que la nave llegue a buen puerto. De todos es conocida la situación política de aquel País…

Entre tanto desde la Casa Martirial de Pozuelo (Madrid) seguimos publicando las semblanzas de los seis nuevos Oblatos Mártires. Acaba de entrar en máquinas (imprenta) el Boletín nº 29 de los Mártires Oblatos de España con la segunda semblanza, la del P. Luis Leroy. Se envía impreso a los “Amigos de los Mártires”. Para los impacientes adelantamos una entraga a continuación, pinchando debajo en

miércoles, 4 de mayo de 2016

OBLACIÓN PERPETUA

Kim (Corea), Antonio (Guatemala), Karel (Repúnlica Checa)


El domingo 1º de mayo de 2016 el IRS (Escolasticado Internacional Romano)  disfrutó de una evento gozoso y trascendental: tres de nuestros jóvenes se consagraron a Dios de por vida, “estampando su firma con pluma” (expresión de uno de ellos), es decir, con tinta indeleble, en el documento de la Oblación. Ellos son: Ok Ki Kim Simeón, de Corea; Antonio Che Paau, de Guatemala y Karel Mec, de la República Checa.
La celebración litúrgica fue solemnísima y muy concurrida. La presidió, lógicamente, nuestro Superior general, el P. Luis Lougen, que nos deleitó con una oportuna homilía (que puede leerse al final). Entre los numerosos concelebrantes, todo el Consejo general presente en Roma con ocasión de la Asamblea general. Entre los numerosos asistentes destacamos la presencia del P. Stefan Obergfell, Provincial de la provincia de Europa Central y del P. Alberto Gnemmi, Provincial de la provincia Mediterránea, así como todos los Oblatos de las tres comunidades de Vía Aurelia 290 y varios de las otras comunidades oblatas de Roma y alrededores. También tuvimos el gusto de acoger a la numerosa familia de Karel al completo: padres, hermanos y sobrinos. Kim y Antonio, como viene de más lejos, tuvieron que contentarse con algunos compatriotas y muchos amigos residentes en la Urbe.
Tras la Misa y el almuerzo, siguió la fiesta en el jardín interior del escolasticado. La animación corrió a cargo del P. Roberto Carrasco, padre estudiante, que enroló a todos con el “Canta y no llores” de la conocida canción “Cielito lindo”, y con interminables danzas y canciones  multiculturales.
Antonio, Kim y Karel, ¡enhorabuena!

Para ver más FOTOS, homilía del P. General, etc. clicar aquí: http://irsomi.blogspot.it/


Foto-recuerdo con los Formadores: 
Callistus Kathali (Sudáfrica), Wojciech Popielewki (Polonia), Jude Saparamadu (Sri Lanka) y Joaquín Martínez (España)


Los Oblatos hispanos de Roma arropan a Antonio Che Paau (Guatemala):
Roberto Carrasco (Perú), Guido Acosta (Paraguay), Miguel Fritz (alemán, Consejero gral. para A.L.), 
ANTONIO, Aurelio Ayala (Paraguay), Luis Ignacio Rois (Chicho, español, Consejero gral. para Europa) 
y Gilberto Piñón (mexicano, 2º Asistente gral.).

lunes, 25 de abril de 2016

Más sobre la Mariápolis



Cambiar el desierto en floresta: constatación y consigna del Papa en la Mariápolis de Roma.
Pincha el enlace:

Mariápolis en Roma

 La Docotora Antonia Testa, focolarina, explica al Papa lo que se está viviendo en la Mariápolis

Del 22 al 25 de abril se ha celebrado una Mariápolis en Roma, muy diversa de otras muchas que se celebran en diversas partes del mundo desde hace unos 60 años. Ésta ha sido especial por dos razones: es la primera vez que los “mariapolitas” no se alejan de la ciudad ni  se concentran en una centro de espiritualidad, sino que se ha concentrado en un archiconocido parque urbano, en plena Ciudad, a cielo abierto y abriéndose a personas e instituciones diversas allí presentes con ocasión del “Día de la Tierra”.  Mariápolis especial también y sobre todo porque por primera vez el Papa se presentó en la Mariápolis. Fue una grata sorpresa, una de esas corazonadas del papa Francisco, así, sin protocolo, sin escolta, en un coche normal.
Escuchó atentamente la explicación de lo que era la Mariápolis y gozaba escuchando las diversas e impactantes experiencias o testimonios. Después intervino él. Traía escrita su intervención; pero se la entregó a Antonia Testa, la focolarina responsable, junto con Donato Falmi, del Movimiento de los Focolares de la zona de Roma. Dijo que prefería hablar sin papeles, a corazón abierto, en sintonía con lo que había oído allí.
El P. Fabo Ciardi, o.m.i., que ha seguido toda la Mariápolis y se ha hecho eco de ella día a día en su Blog http://fabiociardi.blogspot.it/2016/04/il-papa-in-mariapoli.html lo narra mejor que yo. Lo traduzco del italiano al castellano.

sábado, 16 de abril de 2016

Rogad...


Rogad al Señor de la mies…

Jesús, conmovido ante la situación de la gente, nos dejó un precepto:  “La mies es abundante y los obreros son pocos. ROGAD al Señor de la mies que envíe más obreros a su mies”.
La mies es la suya, ¿No sabe Él mejor  nosotros que hacen falta operarios?  ¿Por qué pedírselos?
La vocación cristiana es un don de Dios, una gracia. Pero hay gracias que se nos dan a condición de pedírselas. Por eso el papa Pablo VI en 1963 instituyó esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Y amonestó claramente: jornada exclusivamente de oración, sin colecta.
Esta Jornada se celebra el 4º domingo después de Pascua, domingo del Buen Pastor.

17 de Abril, 2016, 53ª  Jornada Mundial de
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Vocación  = llamada + respuesta


                                             Pescador de hombres

Tú has venido a la orilla
no has buscado a sabios, ni a ricos
tan solo quieres que yo te siga

Señor, me has mirado a las ojos
sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Tu necesitas mis manos
mis cansancios que a otros descansen
amor que quiero seguir amando

Señor, me has mirado a las ojos
sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Tu sabes bien lo que quiero
en mi barca no hay oro ni espadas
tan solo redes y mi trabajo

Señor, me has mirado a las ojos
sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Tu pescador de otros mares
ansia entera de almas que esperan
amigo bueno que así me llamas

Señor, me has mirado a las ojos
sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Esta canción la compuso Cesáreo Gabaráin. ¿Quién fue este compositor?

Cesáreo Gabaráin Azurmendi  (1936-1991) nació en Hernani, Guipúzcoa,  De niño, me contó él mismo, frecuentó la casa-colegio que los Misioneros Oblatos en su pueblo natal, donde muchos Oblatos hicimos el noviciado.. Recordaba con cariño los nombres de varios Padres… Con sólo diez años ingresa en el seminario menor de Zaragoza, donde recibe los primeros estudios musicales. En 1952 pasa al seminario mayor de San Sebastián. Aquí es ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1959.
Joven sacerdote, se encarga de la capellanía del Colegio de Hermanos Maristas de Anzuola, pasando en 1966 al Colegio Chamberí (Madrid) también de los Maristas, donde empieza a componer.
 Fue sacerdote y compositor de canciones litúrgicas como Pescador de hombres, o La muerte no es el final. Sus canciones fueron traducidas a otros idiomas e incluidas incluso en libros de canto de otras denominaciones cristianas. Su repertorio roza las 500 canciones.  La más popular fue Pescador de hombres.
Como reconocimiento a su trabajo en la música religiosa, Juan Pablo II lo nombró capellán de Su Santidad. Consiguió también un Disco de Oro. Enfermo de cáncer, murió en Mondragón  a los 55 años, cuando estaba en plena madurez.