El
P. Guillermo ha sido nombrado nuevo Obispo de Ciudad del Este, Paraguay. Desempeñaba
silenciosamente la tarea de formador de los futuros misioneros oblatos en el
escolasticado de Asunción, y, cuando menos se lo esperaba, este religioso
humilde se siente sorprendido por un nuevo nombramiento que lo sacará del
anonimato. En adelante tendrá que salir a la luz pública, calarse la mitra y empuñar el báculo para regir una gran diócesis, Pero, ¿quién es este nuevo obispo latinoamericano nacido en Alemania?
Wilhelm (prefiere llamarse Guillermo)
Steckling nació en 1947 en la
diócesis de Paderborn, en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Hijo único (sus padres se casaron ya maduros), a los 19 años entra en el
noviciado de los Oblatos, profesa en 1967 y es ordenado sacerdote en 1974. Acto
seguido es enviado como misionero al Chaco Paraguayo. Además del castellano,
tiene que aprender el guaraní y el nivaclé. Su lengua materna es, lógicamente,
el alemán; pero domina perfectamente el inglés, italiano y francés.
Conoce bien la Iglesia en Paraguay, donde ha sido
Superior Provincial, pero conoce también la Iglesia universal, pues, como
Superior mayor, ha visitado a sus hermanos Oblatos que misionan en más de 60
países por los cinco continentes. Se siente a gusto en Latinoamérica y su
corazón está muy arraigado en Paraguay.
Fue Asistente general con el P. Marcelo Zago y,
después de él, su sucesor. Efectivamente, el P. Marcello Zago, al ser nombrado Arzobispo Secretario de la
Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, cesa como Superior
General de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y el capítulo
general de 1998 tiene que elegir un nuevo General. En el sondeo previo a la
votación oficial emerge muy destacado un nombre: Guillermo Steckling. Éste se levanta y aclara: “Me parece que la asamblea desconoce mi estado de salud. He tenido un
cáncer muy serio y los médicos me han asegurado
que tengo la probabilidad de un 60% de curación; pero un 40% de riesgo de que
se reavive”. Aplauso sonoro de la asamblea que, al día siguiente, lo elige por
mayoría aplastante.
Doce años después, hacia el final de su segundo
mandato, el Postulador general de turno, un servidor, le propuse que lo acompañase
al Vaticano para apoyar una propuesta concreta. “No voy, no sea que vayan a pensar que ando buscando alguna promoción”.
Este el P. Steckling, un hombre de fe, humilde y sencillo donde los haya. Su
anhelo era desaparecer de la pantalla y volver a su querida misión de Paraguay.
Pero ahora…
Desde aquí le deseamos lo mejor y que el Espíritu
Santo lo ilumine y ayude para reencauzar esa diócesis, al parecer conflictiva,
que le han confiado. Cuenta con nuestra oración.
En Paraguay ya hay otro Oblato alemán ejerciendo el
ministerio episcopal, Mons. Lucio Alfert,
Vicario apostólico de Pilcomayo, que sucedió a Mons. Pedro Shaw O.M.I., Pa’ì Puku (1925-1984), belga flamenco, muerto en
accidente y cuya causa de canonización
se está promoviendo en la etapa diocesana.
El P. Guillermo, en su última visita a Roma, preside la Eucaristía en el IRS (Escolasticado Internacional Romano)
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