martes, 8 de julio de 2014

Los OMI en Bolivia, 2ª entrega




Mauricio Lefrebvre o.m.i.

Mártir de la Justicia


En la 1ª entrega el P. Guillermo Siles hablaba de la presencia y misión de los Misioneros Oblatos en Bolivia y destacaba a dos Oblatos muy conocidos y queridos por el pueblo boliviano: Mauricio Lefebvre, canadiense, y Gregorio Iriarte, español. En esta entrega nos hablará del primero, vílmente asesinado, porque muy incómodo a los poderosos que implantaron la dictadura "a sangre y fuego". Lo acribillaron a tiros, 32 impactos, mientras se acercaba en un coche de la Cruz Roja, en compañía de un médico y una enfermera, para auxiliar a los heridos. Hoy, 40 años después de su heroica muerte, algunos quisieran que se abriera su Causa de canonización como "Mártir de la Justicia". Si sigues leyendo, entenderás por qué.


¿Quién era Mauricio Lefebvre?

Mauricio Lefebvre es un  Oblato canadiense. Nació en Montreal en 1922. En 1942 hace su profesión religiosa y es ordenado sacerdote en 1948. Llegó a Bolivia en 1953 cuando contaba 31 años de edad y 5 de sacerdocio. Primero estuvo en Oruro y después fue a trabajar en Llallagua, una parroquia del norte de Potosí. Siendo párroco tuvo muchos enfrentamientos con el problema del alcohol (y también con la religiosidad popular). No es que los Oblatos fueran iconoclastas, pero es que procedían de ambientes cristianos más auténticos. El catolicismo que nos trajeron los españoles está muy ligado y los Santos. Estas prácticas de devoción han sido distorsionadas en la cultura andina. Con ocasión de los festejos se decía Misa, pero luego venía la chicha, la bebida, y el aspecto cristiano quedaba como diluido. El P. Mauricio retiró de la iglesia todos los Santos para dejar sólo un altar con Jesucristo, porque somos seguidores de Cristo. La gente se molestó mucho con él. Logró reorientar en parte la vivencia cristiana; sólo en parte, porque después de 20 ó 30 años siguen con esas prácticas.

Pero Mauricio es conocido más bien por la vertiente sociopolítica, ¿no?

Así es. Los Oblatos, procedentes de Canadá, era gente fuerte, muy bien formada. Con un grupo de amigos logran organizar un congreso de políticos intelectuales. Mauricio era uno de los grandes pensadores. El tema de ese congreso era qué hacer para transformar el país. Esos amigos suyos serían los que después llegaron a ser incluso presidentes, como Marcelo Quiroga Santa Cruz. Otro fue Jaime Paz Zamora, que también fue presidente. Eran jóvenes universitarios y llegaron a ser personajes que se recuerdan mucho en Bolivia.
Mauricio fue a Roma a estudiar sociología. Al volver, fue a vivir en La Paz. Aquí tenía un grupo con quienes formó un Movimiento por un Mundo Mejor, junto con Jesuitas y otros Oblatos. Tenía tiempos de reflexión y por eso era considerado como una persona peligrosa, porque muy ligado a los universitarios.


¿Cómo murió?

Cuando se dio el golpe de estado, su actitud fue un poco ingenua, porque, como persona muy comprometida, comenzó a ayudar a la gente. Antes de su muerte ya había sido denunciado ante el Presidente pidiéndole que lo expulsara del país, y éste estaba dispuesto a hacerlo; pero el obispo de la Paz, Jorge Manrique, le preguntó al P. Iriarte cómo era Mauricio y a ver qué le parecía. “¡No, el P. Lefebvre es un hombre de oración!” Efectivamente era un hombre de oración. Rezaba muchas horas y escribía cosas que a la gente le gustaba estudiar y meditar. Rezaba el rosario todos los días. Todo eso se lo contó a  Mons. Manrique y entonces éste se plantó y dijo: “No se lo van a sacar mientras yo sea arzobispo”. 
A partir de entonces tenía el apoyo del Arzobispado de La Paz; pero la situación era muy complicada.
Fallece por la tarde en el momento que había comenzado el golpe de estado en Santa Cruz; pero los movimientos de reacción salieron a la calle. También el ejército. Ese día hubo muchos muertos y el Padre recibe una llamada para que vaya a recoger heridos. ¿Fue tal vez una trampa? Iba en una ambulancia y cuando llega al lugar, parece que lo estaban esperando, lo acribillaron a tiros. Se le llevó al hospital, pero ya no se pudo hacer nada.
Mucha gente fue al entierro. Fue impresionante la asistencia. Era el día del golpe de estado y no podían reunirse;  pero la gente acudió al cementerio general y estuvieron allí durante horas. Fue enterrado en la cripta de los Jesuitas. Y justo aquel día le pusieron: “Mauricio Lefebvre, mártir de la liberación”.
Él había trabajado en la universidad, en la cátedra de sociología. Fue fundador de esa cátedra. Hasta el día de hoy, cada año, se le recuerda en la universidad, y cuando se celebra la semana social, siempre se le llama la Semana de Mauricio Lefebvre. Éste era Mauricio.




Para saber más, ver esta nota necrlógica del P. Iriarte  http://www.omicial.org/Noticias/Bolivia27.htm
















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