miércoles, 12 de marzo de 2014

El Papa, ¿visitará la Casa de Ana?

El P. Vicenzo Bordo, OMI

El anuncio de la visita pastoral del Papa a Corea ha entusiasmado a los pobres de la Casa de Ana, fundada y dirigida por un Oblato, el P. Vicenzo Bordo. “La noticia ha hecho felices a nuestros pobres”, afirma en una entrevista que le hicieron en Radio Vaticano (11.03.2014). 
Yo visité ese centro caritativo, junto con el Provincial de Italia, el P. Angelo Daddio, en 1995. El P. Bordo nos dijo que la manera más discreta y eficaz de conocer esa obra era ir a servir las comidas. La Casa de Ana estaba en sus comienzos. El obispo de Swon nos decía: “Han tenido que venir los misioneros a Corea para hacernos caer en la cuenta que también en Corea hay pobres”. En aquel momento los cuatro oblatos presentes eran todos italianos. Uno se ocupaba de los inmigrantes asiáticos, otro de un centro de personas ciegas, otro de deficientes psíquicos y el P. Bordo se arriesgó a abrir la Casa de Ana, que toma el nombre de Ana, esposa de Joaquín, una pareja de recién bautizados. Abrieron un comedor para pobres, al que acudían a diario varias decenas de hombres jubilados, dignamente vestidos, pero sin ningún recurso económico, pues cuando dejaban de trabajar, no tenía pensión alguna. Ana era la cocinera y el factótum de la casa. Un grupo de voluntarios, estudiantes universitarios, iban a diario para hacer servir las comidas y fregar los platos. ¿Recursos para sostener esa obra? La divina Providencia. Era una obra pionera en Seúl. Hoy la Casa de Ana acoge a diario entre 500 y 600 personas sin techo: niños de la calle, ancianos… Se halla en Song-nam, en la periferia de Seúl, y es el centro de Caritas más importante del país. Los pobres de la Casa de Ana, al conocer la noticia del viaje del Papa, decían entusiasmados: “¡Entonces vendrá a visitarnos!” Conociendo el amor preferencial del Papa por los pobres, todo es posible.
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ASIA/COREA DEL SUR

En misión entre los pobres y marginados, en las “periferias existenciales” de Suwon

Suwon (Agencia Fides) – Un Misionero de los Oblatos de María Inmaculada trabaja sin descanso “ en los suburbios reales y existenciales de una ciudad tan rica como Suwon”; se trata del italiano padre Vincenzo Bordo, OMI, quien hace 21 años fundó “la Casa de Ana” centro de acogida para “la nueva pobreza”. El Centro ayuda a las personas que viven solas, a los niños abandonados, a los hombres sin hogar, a los niños de la calle, desempleados. El p. Bordo recuerda a la Agencia Fides cuál es “el desafío de la misión en una sociedad secularizada, en un mundo rico y en una iglesia donde no faltan los sacerdotes”. El punto es que esta sociedad, “no veía a los nuevos pobres. La gente decía, en Corea no hay vagabundos. La misma comunidad eclesial no entendía y no sabía qué hacer”. De ahí la necesidad de revitalizar la pastoral social en una gran ciudad, a partir de los suburbios. En más de 20 años, el Centro, construido en los terrenos de la diócesis, ha crecido hasta convertirse en una organización sin fines de lucro, reconocida por Cáritas y por el Gobierno de Corea, con un proyecto bien organizado. “Cada día 500 personas sin hogar reciben la cena y se duchan. También tenemos un dormitorio. Ofrecemos asistencia social, psicológica y médica. El objetivo es re-inserir a las personas en el tejido social. Hemos creado un laboratorio de formación, donde se hacen bolsos de forma artesanal”.
En los suburbios, continúa, “hemos encontrado a los niños de la calle, que huyeron de sus familias. Así que hemos creado para ellos tres estructuras específicas. En la primera son acogidos durante unos 9 meses, en donde se trata de comprender sus problemas. En este periodo se entabla contacto con los padres para conocer la realidad de la familia a menudo desfavorecida y difícil. En ese momento, para los niños, hay tres caminos: o bien volver a sus familias, o ir a nuestra casa de acogida para estudiar, o se trasladan a otro hogar de acogida para entrar en el mundo del trabajo”.
El p. Bordo explica: “El nuestro es un testimonio de fe y de amor, es una obra de evangelización que se basa principalmente en los laicos. Tenemos 25 empleados laicos y voluntarios. La Casa Ana cuesta 1.300 euros al día y funciona desde hace 20 años gracias a las limosnas. Nunca ha faltado de nada: la Providencia nos ayuda”. “Hoy al oír al Papa que nos invita a ir a las periferias existenciales me consuela y me da un gran impulso y energía para el futuro”, concluye el padre Bordo. (PA) (Agencia Fides 3/10/2013)

Para ver y oír en vivo al P. Bordo:
http://www.youtube.com/watch?v=iE8vRv7PU2I



La comunidad oblata en Corea ha crecido 
y se ha internazcionalizado.
Hay también Oblatos coreanos.
Entre ellos, Ok Ki Kim,
Simeón para entendernos,
que se halla en el Escolasticado de Roma, 
estudiando treología.



En una celebración litúrgica durante los Ejercicios Espirituales del Escolasticado Internacional, Roma


 Siguen fotos de los OMI en Corea

La comunidad oblata en Corea. El P. Bordo, el 1º  por la izquierda


Ordenación savcerdotal de Samuel OMI



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