sábado, 1 de febrero de 2014

Nunc dimittis...


Hoy, fiesta de la Presentación del Señor, puedo cantar con Simeón el Nunc dimittis: Ahora, Señor, puedes dejar a tu sirvo irse en paz… 2 de febrero de 2014, esta es la fecha en que se firmó el Decreto de nombramiento del nuevo Postulador. “¿Tienes algún proyecto para el futuro?”, me preguntó el P. General. Y yo: “Mi proyecto lo tiene Dios y me lo manifestará por boca de mis Superiores” (¡para algo tiene que servir el voto de obediencia!). Así estaré seguro de hacer la voluntad de Dios, que es lo único que cuenta. Más aún, es el secreto de la santidad.
¿Satisfecho de mi servicio en la Postulación durante estos casi ocho años? Siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. De una cosa estoy seguro: la cercanía, familiaridad e intimidad con esos Bienaventurados cuyas Causas se me confiaron, no lo olvidaré fácilmente. Espero y pido a Dios, por medio de estos valiosos intercesores, que esa relación prosiga y vaya in crescendo.  

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